jueves, 20 de marzo de 2008

El Fuego de la Venganza -- Man on fire



Una ola de secuestros está arrasando México, alimentando un creciente sentimiento de pánico entre los ciudadanos más acaudalados, especialmente entre los que son padres. En un periodo de seis días se han producido 24 secuestros, lo cual ha provocado que mucha gente haya contratado los servicios de empresas de seguridad privada para proteger a sus hijos. Dentro de este mundo se encuentra John Creasy (Denzel Washington), un antiguo agente de la CIA quemado con un trabajo en el que tenía licencia para matar y que ha renunciado a su vida anterior. El mejor amigo de Creasy, Rayburn (Christopher Walken), se lo lleva a México para hacer de guardaespaldas de una niña de nueve años de edad, Pita Ramos (Dakota Fanning), hija del empresario industrial Samuel Ramos (Marc Anthony) y de su mujer Lisa (Radha Mitchell). A Creasy no le apetece especialmente ser guardaespaldas, y menos de una niña, pero al no tener nada mejor que hacer acepta el trabajo. Creasy soporta a regañadientes a la precoz niña y sus irritantes preguntas sobre él y su vida. Pero poco a poco, socava esa aparentemente impenetrable coraza exterior, vence su resistencia y éste se abre a ella. La nueva disposición de Creasy en la vida salta hecha añicos cuando Pita es secuestrada. A pesar de resultar gravemente herido en el momento del secuestro, Creasy es “un hombre enfurecido”, así que jura matar a cualquiera que esté involucrado o saque tajada del secuestro de la pequeña. Y nadie va a poder pararle.



Es una película algo cruda en alguna de sus escenas en las que su protagonista reparte justicia entre los malos malosos, pero nada que no hayamos visto y oído ya. La película se divide en dos mitades claras; en la primera se nos presenta a los personajes, y vemos como protector y protegida se encariñan. La relación entre Creasy y Pita (maravillosamente interpretada) empeñada en conseguir que su nuevo guardaespaldas sea también su amigo está muy bien desarrollada (estupenda escena en la que ella consigue arrancarle su primera sonrisa). La transición la marca el secuestro, que deja entrar una segunda parte en la que Denzel Washington empieza la búsqueda de la niña secuestrada, y por otro lado la impartición de justicia. Inicia una venganza despiadada dónde todo el mundo tiene las manos manchadas de sangre. Denzel Washington, responde brillantemente a este tipo de personajes duros pero al mismo tiempo con una dolencia interior que tienen que superar, y en este caso, casi se puede decir que se supera de largo.

El Méjico reflejado responde a una realidad innegable. Es Méjico el lugar del mundo que encabeza la lista de países donde se dan secuestros, y es Méjico también un país tristemente conocido por la corrupción contumaz de sus instituciones públicas, por lo que es radicalmente imposible el contar con ellas para rendir tributo a la justicia. Si a veces la justicia tiene que venir en forma de "Creasy" bienvenidos sean unos cuantos más como él ....... seguro que el mundo iria un poquito mejor


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